lunes, 12 de marzo de 2012

JITANJÁFORA

Cuando anoche mencioné la posibilidad de “convertirme en calabaza” era, claro, porque estaban por sonar las “doce campanadas” (yo sé que te han contado la historia de Cenicienta alguna vez). Pero, justo antes de dormir, me acordé de este chiste y de este personaje (y de este historietista):




El MAGO FAFÁ, fue un personaje creado por Alberto BRÓCCOLI
(para el diario Clarín, en 1973).
La tira tuvo después una versión en dibujo animado y su propia revista para chicos.

(Te invito a que leas de él
en estas dos excelentes páginas
dedicadas a la historieta AQUÍ y AQUÍ  ) 

El Mago Fafá era un mago perdedor y desafortunado y todo le salía bastante mal (casi todo terminaba convertido en un zapallo). En sus desventurados artificios lo acompañaban su asistente Catuto (que sólo decía “dunga dunga”), Rodolfo (el conejo de la galera), Felipe (el genio de la lámpara) y Florentina (la paloma de la paz, desempleada de la ONU).


Todos los magos tienen una palabra mágica (también todos tenemos - o debiéramos tener - una palabra mágica o un conjuro… ¿cuál será la tuya?). La de Fafá era: " ¡Jitanjáfora! ".
Resulta que JITANJÁFORA (que parece tan “semelengualatraba”),es puro castellano.
Leé lo que sigue y te voy a explicar:

Filiflama alabe cundre
ala olalúnea alífera
alveolea jitanjáfora
liris salumba salífera.
Mariano Brull, poeta cubano (Leyenda)

Después de leer estos mismos versos, el mexicano Alfonso Reyes Ochoa (que era narrador, poeta y ensayista ) dijo: ¡JITANJÁFORA!. Y no estaba diciendo una palabra mágica (¿o si?).
Reyes tomó "esa palabra" del poema para definir lo que acabás de leer:
palabras sin sentido “creaciones que no se dirigen a la razón, sino más bien a la sensación y a la fantasía”. Las palabras, decía, “no buscan un fin útil. Juegan solas”. Palabras inventadas, sin significado. Expresiones que tienen valores “auditivos” (fónicos), que buscan el ritmo y la sonoridad.

El término JITANJÁFORA —que fue acuñado por Alfonso Reyes en su libro "La experiencia literaria" —se ha vuelto tan amplio que engloba: trabalenguas, nanas, canciones populares, estrofas bobas, gritos de guerra o de equipos deportivos, rimas infantiles y más...
Jitanjáforas son las canciones “en inglés” (¿?) de Diego Capusotto o la frase frastraslafra sagrapa el calimestrol de un viejísimo programa de televisión (La Tuerca), y expresiones (que sólo algunos recordarán) como “patapúfete”.  También son jitanjáforas “milafrita con papanesa”, “exprimón limido”, “Blancanito y los siete enanieves”. Y también: Una doli tuá - de la limentuá - osofete colorete - una doli tuá...

Muchos poetas vanguarditas hicieron de estas palabras absurdas un género propio: Rafael Alberti, Oliverio Girondo...
En su último libro, En la masmédula (1953), Oliverio Girondo utilizó un lenguaje muy complejo, con superpalabras con múltiples significados, como éstas:

MI LU
mi lubidulia
mi golocidalove
mi lu tan luz tan tu que me enlucielabisma
y descentratelura
y venusafrodea
y me nirvana el suyo la crucis los desalmes
con sus melimeleos
… (y sigue)
Algunos señalan a Lewis Carroll y su Jabberwocky como inspiración de estos poemas sin sentido. Jabberwocky (o Jabberwock) es un poema escrito en idioma inglés, incluido en Alicia a través del espejo (1872). Esta es una de sus traducciones:

........ Ilustración de Jabberwock por John Tenniel
Asardecía y las pegájiles tovas
giraban y scopaban en las humeturas;
misébiles estaban las lorogolobas,
superrugían las memes cerduras.
¡Con el Jabberwock, hijo mío, ten cuidado!
¡Sus fauces que destrozan, sus garras que apresan!
¡Cuidado con el ave Jubjub, hazte a un lado
si vienen las frumiantes Roburlezas!
Empuñó decidido su espada vorpal,
buscó largo tiempo al monxio enemigo.
Bajo el árbol Tamtam paró a descansar
y allí permanecía pensativo
Y estaba hundido en sus ufosos pensamientos
cuando el Jabberwock con los ojos en llamas
resofló a través del bosque tulguiento:
¡burbrujereando mientras se acercaba!
¡Uno, dos! ¡Uno, dos! ¡A diestra y siniestra
la hoja vorpalina silbicortipartió!
El monxio fue muerto, con su cabeza en ristre
el joven galofante regresó.
"¡Muchacho bradiante, mataste al Jabberwock!
¡Ven que te abrace! ¡Que día más fragoso
me regalas, hijo! ¡Kalay, kalay, kaló!"
reiqueaba el viejo en su alborozo.
Asardecía y las pegájiles tovas
giraban y scopaban en las humeturas;
misébiles estaban las lorogolobas,
superrugían las memes cerduras.
Versión de Mirta Rosemberg y Daniel Samoilovich. Publicada en Diario de Poesia nº 43, Buenos Aires, Argentina, Septiembre 1997

AQUÍ van a encontrar muchos poemas con este estilo.

Otro día les voy a contar de otros extraños lenguajes utilizados en las novelas, como el glíglico, que usó Julio Cortázar en Rayuela o la neolengua de 1984 de George Orwell. Pero eso ya es otra historia.

Ahora me voy cantando bajito:

La carabantantú
La farandosilina
La farandú
La carabantantá
La carabantantí
La farandosilá

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